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Sui Mei Chung B.

Autora de la Trilogía de Autosanación y Crecimiento Personal de la Nueva Era.

Creadora de la Terapia Transgeneracional Evolutiva

Fundadora de la Escuela Transgeneracional Evolutivo

SOBRE MI

"Es Tiempo de SANAR, y hoy es posible hacerlo"

Mi nombre es Sui Mei Chung Bustos, nací en Santiago Chile, mi padre es descendientes de China y madre chilena con antepasados españoles. De pequeña con nombre chino y muy marcados rasgos orientales, me sentí siempre distinta al resto de mis compañeras de clase y de mis amigos. Debí soportar burlas, bromas de mal gusto por ser “diferente” al punto que detestaba mi apariencia física, mis orígenes y mis raíces. Nací y fui criada en una familia de clase media. Siempre vi y crecí creyendo que la vida era dura, difícil, y que no importa cuánto trabajes, siempre vas a tener lo mismo con mucho sacrificio.

Fui muy cercana a mi Bisabuelo paterno. Él llegó a Chile desde China en el año 1900 en barco en un viaje que duró largos meses.  Con él me sentí protegida, vista, amada, más que con nadie en ese momento. Me crie muy cercana con mis abuelos paternos, los que aún tengo la bendición de tener con vida, y ellos siempre estuvieron para mí, para regalonearme, amarme, cuidarme. Soy la mayor de dos hermanas, mi madre fue madre muy joven lo que obligó a mis padres casarse y comenzar a formar una familia por mi nacimiento.

No solamente me sentí lejana y excluida en el colegio sino de alguna manera también de mi familia. “Fui una niña difícil” me decían, visité a muchos psicólogos, y psiquiatras durante mi primera infancia y adolescencia. Me sentía con el pasar de los años cada vez más desconectada del mundo, de mis padres, hermanas, abuelos, familia amigos.

Al terminar la enseñanza media, me sentía perdida en el desierto … ninguna carrera me gustaba, no había absolutamente nada que llamara mi atención excepto viajar, y fue así como comencé a trabajar como Auxiliar de vuelo por 7 años, asumí que parte de mí quería “huir”. A los años, conocí a quién sería el padre de mis hijos, un joven francés, en ese momento de mi vida sentí que ahora todo iba a estar bien, que la felicidad había llegado a mi vida. Al tiempo volvía a sentir esa desconexión con todo, mi matrimonio, con Francia, el nuevo idioma, y creí que todo cambiaría con el nacimiento de mi primer hijo. Luego vino el segundo hijo, una separación triste, y muy dolorosa que ocurrió en China en el año 2007.

Seguía “sobreviviendo”, mis días eran de dolor, mucha angustia y desesperación, tenía un gran desequilibrio interior que se reflejaba en toda mi vida. Aprendí rápidamente inglés, francés, y estudié tres años en la Universidad de Shenzhen Chino mandarín. Hablaba todos los idiomas, menos español, porque no quería recordar mis raíces.

En el año 2010 llegué a Chile después de muchos años de vivir en el extranjero, estuve en Tokio, y regresé a vivir a casa de mis padres en una pequeña habitación de allegada. Separada, con dos hijos pequeños, sin dinero, depresiva, perdida, desesperanzada, me encontraba más perdida que nunca en toda mi vida. No comprendía la razón de mi existir, ni el por qué Dios me había abandonado, culpaba a mis padres, familia, ex marido, el mundo por mi infelicidad.

Enfermé de una grave infección en mis ojos, los cuales apenas podía abrir del dolor y la inflamación. Me diagnosticaron rosácea severa crónica en todo mi rostro porque estaba avanzando en mi cuello, y parte de mis brazos. Visité a lmás de 6 dermatólogos y cada uno con un diagnóstico, pero y desesperanzador. En ambos codos me diagnosticaron epicondinitis aguda, era tal mi dolor que apenas podía mover un mínimo mis brazos a causar del profundo dolor. Me hicieron muchos exámenes, y me pidieron un scanner y luego otro que finalmente no mostraban nada de nada. El doctor me decía: “No tienes nada en los codos “, pero yo no me podía de mover de dolor.

Estaba casi ciega de la inflamación, escondida del mundo a causa de mi enfermedad a la piel, y completamente inválida porque no podía hacer nada con mis brazos apenas abrazar a mis niños.

Mi círculo cercano me pedía ir a un psiquiatra por el “bien de mis hijos”, fue ahí que sintiéndome absolutamente sola, sin ningún recurso económico, sin trabajo, sin mi propio hogar, toqué fondo.

En el extranjero había trabajado como profesora de inglés para niños y adultos, trabajé para empresas americanas en servicio al cliente, como secretaria, pero nada de lo que había trabajado llenaba mi alma, nada ni nadie. Hasta el momento no había encontrado un trabajo en el cual me identificara y nada de lo que existía en el momento me despertaba interés para estudiar.

Me sentía absolutamente “fracasada” no era nadie para la sociedad, familia, amigos y nadie para mí.

Después de mucha angustia, y llantos, una noche me acuesto abrazando a mis hijos, y ellos se apegaron mucho a mí, nos abrazamos los tres en silencio, y sentí lo frágiles de sus almas, sus miedos, sus dudas, de lo que estaba sucediendo con nuestra familia y nuestras vidas, y de repente, asumí la tremenda responsabilidad que tenía en mi vida, una corriente inmensa de amor que no puedo explicar me invadió de pies a cabeza.

En ese mismo y exacto momento les dije a los dos:
(Diego de 8 años, Gustavo de 2 años y 10 meses)

_ Hijos, tranquilos, todo va a estar bien, se los prometo.

_ Vamos a estar tranquilos y felices, la mamá va a estar bien, la mamá va a triunfar, por ustedes y un día van a ver a la mamá trabajando en TV. hablando de cosas interesantes. 

Después decir esto a mis hijos me quedé varios momentos pensativa. pensativa, … ¿triunfar? ¿dónde? ¿ser felices? ¿cómo? y ¿trabajando en la Tv? ¿haciendo qué? ¿algo interesante? ¿cómo qué?

Fue así como comencé a vender todo lo que podía, compraba muchos productos al por mayor para poder pagar “Mis terapias”y cursos,  me negué a la posibilidad de ir a un psicólogo o psiquiatra, ya que desde pequeña estuve asistiendo y ahora de adulta quería comprender el origen de mi dolor y el porqué no tenia ganas de vivir. En mi adolescencia estuve hospitalizada dos veces por intentos de suicidio y graves depresiones, toqué fondo muchas veces, busqué responsables a mi desdicha y culpables por mi tristeza, ya que mi vida no tenía sentido … asistí a muchos cursos holísticos, comencé a leer mucho acerca de autoayuda y crecimiento personal, comencé a estudiarme a conocerme, y comencé a encontrar respuestay sanción a mis dolencias físicas, que eran finalmente “dolores del alma”, tenía muchas heridas emocionales que había bloqueado pensando que al bloquearlas sanarían.

Comencé a estudiar mi Árbol Genealógico, a descubrir lealtades invisibles, a trabajar en mis creencias limitantes y gracias al TRANSGENERACIONAL descubrí patrones que había heredado y que estaba repitiendo por años, los cuales no me permitían crecer ni evolucionar. Fue así que, gracias a un profundo trabajo interior, años de búsqueda, me llevo a un autoaprendizaje de la vida, de mi vida y mi existencia. Gracias a todo lo vivido y fruto de años de querer darle un verdadero sentido a mi vida escribí la primera TRILOGÍA de autoayuda basados en temas Transgeneracionales, gracias a los años de Terapia personal y de realizar Terapias nació el TRANSGENERACIONAL EVOLUTIVO.

En nuestro Árbol Genealógico se encuentra la clave de nuestra sanación. Conoce tu historia familiar para poder sanar tu vida.

"Estamos PROGRAMADOS, si cambias tu programación puedes cambiar el rumbo de tu vida"

Sui Mei Chung B.

Trilogía de Autosanación y Crecimiento Personal de la Nueva Era
"Son los únicos libros del Mercado de autoayuda basados en el estudio del Transgeneracional y Árbol Genealógico"

Trilogía

Es “Tiempo de amar” y esta nueva era nos despierta de la inercia para cerrar duelos, cicatrizar heridas, para sanar nuestro pasado y nuestra infancia, para que comprendas que el amor y la felicidad que buscas no está afuera, en otro país, en la pareja, los padres o los hijos sino en ti.